Miriam Valdés (Universidad Complutense)

La situación después de la guerra del Peloponeso en Atenas, tras la pérdida de la guerra y del Imperio, en un contexto de acuciantes problemas financieros y de pobreza generalizada para una parte importante del demos, con una clara polarización entre ricos y pobres, se ve bien sobre todo en las obras de Aristófanes, Asambleístas y Pluto; esta situación se prolonga, con altibajos, a lo largo del s.IV, en contextos en los que la recuperación imperialista se hace difícil y termina fracasando y donde las alternativas económicas favorecen el desarrollo de la evergesía privada (y pública), el enriquecimiento de unos pocos y el empobrecimiento de muchos. En estas circunstancias ciertos indicios permiten suponer la renovación de las dependencias económicas y sociales, con el aumento del trabajo “por un misthos”, en condiciones precarias, tanto en el contexto agrario, donde pudo incrementarse también el arrendamiento de tierras privadas (poco conocido y documentados) a pobres, como en el ámbito urbano, donde encontramos un activo “mercado” de trabajadores (thetes y misthotoi) en el centro del espacio cívico (el ágora); en estos momentos la ciudadanía todavía protege de la esclavitud, pero esta protección comienza igualmente, en la práctica (a través, por ejemplo, de la renovación de la servidumbre por deudas) y en la ideología, a debilitarse, lo que se materializará con los cambios que tuvieron lugar en Atenas con la dominación macedonia.